BARCELONA, ESPAÑA.

Mi madre montó su clínica de fisioterapia en el garaje de mi abuela.

Era un garaje, garaje.

Sin cristalera, sin logo de empresa, sin marquesina.

Estuvo trabajando 25 años gracias al boca a boca.

Siempre en el mismo garaje.

Sin cristalera, sin logo de empresa, sin marquesina.

El interior, como es lógico, era más acogedor. Mi madre decía que quería que sus clientas

se sintieran como en casa.

Y durante muchos años lo consiguió.

Yo tengo las manos de mi madre y su vocación, de niño pasaba horas y horas en ese garaje.

No llegaba a la camilla, pero mi madre me subía y practicaba con sus clientas.

Me sentía un profesional y para ellas era divertido.

Ahora mi madre trabaja como asalariada. No quiso adaptarse y prefirió emplear su talento para otros.

Yo tengo las manos de mi madre y su vocación.

Pero somos diferentes en algunas cosas.

Soy joven y me gusta adaptarme.

He montado una empresa de fisioterapeutas y cuidado personal con la esencia de todo lo que aprendí en ese garaje. El negocio funcionó durante 25 años, entre otras cosas, porque los clientes se sentían como en casa. Eso es difícil, porque uno solo se siente como en casa en su casa. Ahí vino la idea.

¿Te ha dado un tirón teletrabajando? Nos llamas y vamos.

¿Mañana tienes un evento y no puedes moverte? Nos llamas y vamos.

¿Tienes un dolor crónico y has asumido que nunca desaparecerá ? Nos llamas y vamos.

Nos llamas y vamos.

Nos llamas y vamos.

Nos llamas y vamos.

Nuestros físios van a tu casa con una maleta y un patinete.

El patinete es eléctrico y nos ayuda a desplazarnos por la ciudad con agilidad y sin contaminar.

En la maleta llevamos: la camilla, que se infla automáticamente en 3 minutos 45 segundos, y el material específico que necesite tu tratamiento.

Somos más baratos que algunos y un poco más caros que la mayoría.

Lo que nos ahorramos en la renta del local lo empleamos en adquirir los mejores materiales, productos, y en formar nuestra plantilla en nuevos modelos de tratamientos.

Por cierto, que seamos algo más caros que la mayoría no implica que tú gastes más.

Al contrario, con nosotros gastas menos.

Te ahorras en gasolina, parquímetros o multas.

Y, lo más importante, te ahorras tiempo. MUCHO TIEMPO.

También hacemos bonos semanales, mensuales y anuales.

Hemos intentado ponértelo fácil para que te cuides,

para que dediques tiempo a tu salud, para que reserves ese rato especial para ti.

CIUDAD DE MÉXICO, MÉXICO

Me llamo Tim, soy alemán (y lo parezco).

A los alemanes nos gusta mucho el fútbol,

no solo la cerveza, también el fútbol.

Hace cinco años conocí a una mexicana que estaba de Erasmus en Dresden,

una bonita ciudad alemana que tuvo que reconstruirse después de la Segunda Guerra Mundial.

Me enamoré y me trasladé a Ciudad de México.

“Liebe macht alles möglich”. Es nuestro equivalente a vuestro "El amor lo puede todo".

Yo no hablaba español y me costó un tiempo aprender.

Mi novia tenía muchos amigos, familia, compañeros de trabajo. Yo solo podía mirarles con cara de alemán.

Por suerte, mi inglés era relativamente bueno.

Así que, poco a poco, fui conociendo a gente de todo el mundo.

Echaba cosas de menos de mi país. Cosas que ya imaginé que echaría de menos.

Los Brezel, la puntualidad, los Weihnachtsmärkte…

Sin embargo, me sorprendió lo más echaba de menos.

Jugar al fútbol.

Puede sonar raro, pero cuando juegas al fútbol en otro país, ese país empieza a ser tu casa.

Alguna gente necesita comprar plantas.

Otra, tener vínculos personales profundos. Yo necesitaba jugar al fútbol.

Al principio, armamos un grupo de WhatsApp con gente de todo el mundo.

Distintas etnias, culturas, lenguajes... Y una cosa en común, el fútbol.

Cada vez éramos más. Y cada vez yo hablaba español mejor.

Con el tiempo, mi novia dejó de ser mi novia,

“So ist das Leben”. Es nuestro equivalente a vuestro "así es la vida".

pero el fútbol siempre siguió siendo el fútbol.

Me he quedado aquí, en México lindo.

Ahora somos una empresa, seguimos teniendo una gran comunidad desordenada y caótica de WhatsApp y Telegram.

Pero ahora también tenemos una aplicación ordenada, estructurada y práctica al estilo alemán, donde puedes apuntarte para jugar partidos de fútbol de lunes a domingo, mañanas y tardes.

Da igual si no conoces a nadie. Muchos están solos. Muchos y muchas.

También organizamos partidos femeninos y mixtos. Puedes pagar por la app o en metálico.

Tenemos canchas rápidas, techadas, clásicas, para 5 vs 5, para 7 vs 7, en el centro, en las afueras.

Todas tus estadísticas quedan registradas en la app.

Así, si eres muy bueno se lo puedes enseñar a tus amigos, y si eres muy malo puedes seguir tu progreso.

A lo mejor no mejoras nunca, pero eso nos da igual.

Al final de cada partido, nos hacemos una foto. Y los sábados vamos a comer. Y a beber cerveza.

En eso, mexicanos y alemanes nos parecemos.

Y españoles, franceses, peruanos, suizos...